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Las hemorroides o “almorranas” son cojinetes vasculares que se encuentran en la zona anorrectal y en las zonas laterales, mientras que las fisuras anales son un desgarro que va del interior al exterior del ano en la línea media. Sin embargo, aunque son enfermedades anorrectales distintas, es muy común que lleguen a la clínica pacientes con la creencia de estar pasando por un problema de hemorroides pero que en realidad las molestias presentadas son causadas por la presencia de una fisura anal. 

Contenido

  • ¿Qué es una fisura anal? 
  • ¿Qué son las hemorroides? 
  • ¿En qué se parecen? 
  • ¿De qué manera se distinguen? 
  • Diferencias en sintomatología 
  • Aspecto 
  • Consejos para prevenir las fisuras anales 
  • Elimina ambos problemas de forma definitiva sólo en IML 

¿Qué es una fisura anal? 

Como se mencionó al inicio, una fisura anal es un pequeño desgarro que se forma en la zona anorrectal, producto de un traumatismo de la mucosa del ano, causado la mayoría de las veces por un estreñimiento crónico, dificultad para evacuar o por relaciones sexuales anales. 

¿Qué son las hemorroides? 

Por su parte las hemorroides son una inflamación del conjunto de venas que forman los plexos hemorroidales, la cual se presenta a través de la aparición de bultos o protuberancias en la zona del ano. Esta hinchazón es causada por múltiples razones, la más común de ellas es el exceso de fuerza en la zona, ya sea por embarazo, cargar objetos pesados, o por permanecer largos periodos de tiempo de pie. 

¿En qué se parecen?

En sentido general, los dos padecimientos son completamente distintos, sin embargo, pueden llegar a confundirse por distintas razones, principalmente por dos motivos. 

En primer lugar, las hemorroides y las fisuras anales tienen en común algunos síntomas, por ejemplo: el dolor es común en ambos padecimientos, al igual que el sangrado. 

También se asemejan cuando se forman fibromas anales, los cuales se corresponden con un bulto blando y pequeño en la piel cercana a la fisura anal como consecuencia de una inflamación que tarda varios días en sanar éstos llegan a tener un aspecto tan parecido al de las almorranas que se confunden entre sí, sobre todo al compararlas con aquellas venas que acumulan coágulos sanguíneos (hemorroides trombosadas).  

Tanto los fibromas como las almorranas con alguna complicación se sienten al tacto como un colgajo de piel que sobresale por el orificio anal y son propensos a sangrados profusos e infecciones si no se tratan adecuadamente. 

Recordemos que las fisuras anales crónicas, es decir, con más de dos meses de evolución, son especialmente proclives a generar este tipo de cambios anatómicos que dificultan la distinción diagnóstica (ver figura 1). Pues una fisura anal sin complicaciones (o también conocida como fisura anal aguda) no va a desarrollar ningún tipo de abultamiento alrededor de la herida. 

Diferencias entre una fisura anal y una hemorroide

Figura 1. Tipos de fisura 

¿De qué manera se distinguen? 

Las fisuras anales se distinguen de las hemorroides principalmente de dos maneras: por los síntomas y por su presentación anatómica. A pesar de que también coinciden en sintomatología, ambos padecimientos presentan especificaciones en dichos síntomas que los distinguen y los hace posibles de identificar.

Diferencias en la sintomatología

El dolor que presentan las fisuras anales se presenta de manera intensa al evacuar, pero además persiste por horas posterior a la evacuación. Por lo mismo se genera en el paciente un miedo a evacuar, pero esto aumenta el riesgo de empeorar el problema al provocar estreñimiento. 

 Por su parte, el dolor provocado por un problema hemorroidal se presenta únicamente cuando las hemorroides externas se agravan hasta convertirse en hemorroides trombosadas, es decir, cuando se presenta la formación de un coágulo. Las hemorroides externas también pueden presentar cierta molestia por la hinchazón alrededor de la zona. 

Diferencias en su aspecto

Otra manera de identificar ambas enfermedades anorrectales es por la anomalía anatómica que se forma en la zona donde radica el problema:

La fisura anal se desarrolla por un desgarro, por lo que su aspecto es el de una herida en línea media, por lo regular el paciente puede presentar dolor al momento de la revisión, por el pequeño corte abierto. Es hasta su etapa crónica cuando su aspecto cambia a un pliegue externo y un bulto interno.  

Por su parte la anomalía anatómica que se forma en el ano durante el padecimiento de hemorroides se distingue por lo regular por la presencia de bultos o protuberancias, aun así, el aspecto de los colgajos hemorroidales suele variar dependiendo del grado de complejidad que presenten y en qué parte estén ubicadas (es decir, si son internas o externas).  

En el caso particular de las hemorroides trombosadas, quienes las padecen tienen el riesgo de que su anatomía anorrectal llegue a deformarse por la presencia de trombos: “coágulo de sangre que se produce en el interior de un vaso sanguíneo y que dificulta o impide la circulación”. 

Si sientes un molesto bulto que sobresale en tu ano y desconoces de qué se trata, no dudes en contactar a un proctólogo o coloproctólogo para recibir orientación profesional. Pues sólo a través de una revisión médica es posible determinar con exactitud cuál enfermedad es la que padece el paciente. 

Elimina ambos problemas de forma definitiva sólo en IML 

Eliminar de forma definitiva las fisuras anales y las hemorroides sí es posible. En el Instituto Médico Langle contamos con médicos especialistas que sabrán hacer una detección oportuna y te ofrecerán tratamientos mínimamente invasivos, indoloros, ambulatorios y de recuperación inmediata para erradicar cualquier problema anorrectal. 

En nuestra clínica contamos con la tecnología láser más innovadora con la cual realizamos, a través del MÉTODO HALT® (Hemorroidectomía Avanzada Láser Térmica) eliminamos las hemorroides y ayudamos a las fisuras anales a acelerar su proceso de cicatrización con la ayuda del láser.  

Nuestro procedimiento se distingue de la cirugía tradicional por no usar puntos ni incisiones y por utilizar una anestesia local, la cual ayuda a que todos nuestros pacientes entren caminando y salgan caminando, pues la recuperación de la anestesia es mucho más rápida en comparación de una anestesia general. 

Agenda una cita de valoración para un diagnóstico preciso recibiendo atención especializada. 

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